¿La miel tiene fecha de caducidad? Es una de las preguntas habituales que nos hacéis, así que vamos a intentar resolver vuestras dudas y, de paso, comentaros algunos consejos para conservar la miel en las mejores condiciones posibles.
Pero empezamos por la pregunta principal:
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¿Caduca la miel de abeja?
La normativa exige que todos los productos de alimentación que se venden indiquen su fecha de caducidad o la fecha de consumo preferente. Y aquí viene el primer dato importante; la diferencia entre caducidad y consumo preferente. La primera te indica cuándo un producto ya no es seguro para el consumo desde el punto de vista sanitario. En cambio, la fecha de consumo preferente señala al consumidor el momento hasta el que ese alimento conserva todas sus propiedades intactas.
Es decir, la caducidad está relacionada con la seguridad y se aconseja no consumir ningún alimento si ha pasado la fecha de caducidad.
El consumo preferente está relacionado con la calidad de ese producto y, a partir de esa fecha, la durabilidad del producto depende del tipo de alimento y de las condiciones de conservación del mismo.
Nuestra miel, por normativa, indica una fecha de consumo preferente de 2 años desde su cosecha. Pero ¿se puede consumir pasada esa fecha? La respuesta es sí. Un sí que tiene una explicación (que veremos ahora) y un sí con matices.
Nuestra miel de abeja
¿Por qué se dice que la miel no caduca?
La realidad es que todos los alimentos acusan el paso del tiempo y se deterioran en mayor o menor medida. Pero la miel, por su composición, es unos de los alimentos que resiste mejor.
Uno de los factores que influye en esto es el bajo porcentaje de agua (17-18%) Esta concentración baja de agua dificulta que se creen microorganismos. Además el pH de la miel es ácido, lo que también complica el desarrollo de las bacterias perjudiciales. Y el tercer elemento que ayuda a que la miel no se deteriore en exceso con el paso del tiempo son sus compuestos antimicrobianos, como el peróxido de hidrógeno y los compuestos fenólicos con propiedades antifúngicas y antibacterianas.
Así, la baja concentración de agua, su ambiente ácido y su componente antimicrobiano, hacen que la miel sea un producto que soporta bien el paso del tiempo.
¿Esto quiere decir que la miel no se deteriora nunca?
Lo cierto es que con los años, pueden producirse cambios organolépticos y fisicoquímicos (de acidez, la humedad…) en la miel. A partir de los 3 años puede perder ese estado óptimo de consumo.
La calidad y las propiedades de la miel dependen muchísimo de las condiciones de conservación de la misma.
Cómo conservar la miel
Por su alta concentración de azúcar, la miel tiene mucha capacidad de absorber la humedad ambiental, lo que favorecería la creación de microorganismos. Por tanto, hay que evitar que la miel esté en contacto con el exterior, cerrar muy bien el tarro y no guardarlo en ambientes húmedos.
Tampoco debemos conservarla en sitios con temperaturas muy elevadas (se estropearía su sabor y su olor) ni en la nevera.
¿Lo ideal? Cerrar siempre bien el tarro y conservarlo en una despensa o en un armario cerrado a temperatura ambiente y siempre alejado de fuentes de calor.
Así podrás seguir consumiendo la miel de abeja y disfrutar de ella con mayor seguridad y tranquilidad.
Esperamos haber ayudado a resolver tus dudas sobre la fecha de caducidad de la miel. ¡Nos leemos pronto!